El oficio literario no se improvisa, tampoco el empeño de conocer a las mujeres. Triunfo Arciniegas ha sabido perseverar en ambos propósitos y la mejor prueba es este volumen, ganador del X Concurso Nacional de Cuento “Jorge Gaitán Durán”.
Fáciles de leer, no de escribir, las historias que lo componen discurren sin fisuras, limpias en su desarrollo, naturales en sus destinos: el olor de un hombre mayor seduce a Altagracia y la hija del doctor Malaver pierde la inocencia en medio del bosque y del misterio de una mano desmembrada; Martina Prado se ofrece a mostrarle los senos a un narrador adolescente, incluso a dejárselos tocar, si le paga algo; un hombre espera la muerte, como en un cuento de Hemingway, mientras otro alarga la mano asesina hacia el cuello de su amante; dos mujeres se disputan la posesión de Humberto y la agraciada con el amor del profesor de literatura cuenta su historia.
En Mujeres muertas de amor asistimos al gozoso entierro de un payaso y a la búsqueda infructuosa de un impenitente seductor, a la disolución de una familia y a un ejercicio literario lleno de frescura y sobriedad: descripciones precisas, adjetivos necesarios, diálogos afiladísimos, toques de humor que matizan las situaciones y una concepción del género que respeta los cánones tradicionales y apunta al futuro.
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