Responsabilidad de las Farc en la elección, reelección y fortalecimiento del gobierno de Álvaro Uribe

Por Sayed Vanegas Muñoz

Cuando un movimiento político, pretende constituirse en oposición y como en el caso de las FARC-EP, en alternativa de poder; sus acciones deben estar siempre revestidas de un contenido político, sin perder de vista su ideario, que no podrá ser distinto a la defensa de los intereses de la población. Y cuando ese movimiento recurre a las armas para el derrocamiento del poder existente; ese ejercicio armado requiere de la mayor responsabilidad. Las acciones armadas en momento alguno pueden constituirse en la razón de ser del movimiento opositor; sino que las mismas son soporte de su accionar político. Toda acción armada debe ser el respaldo de una decisión política; pero las FARC-EP, han venido demostrando con su accionar un desprecio por la política. Normas mínimas del Derecho Internacional Humanitario, como el respeto de la población civil, son continuamente ignoradas, la destrucción de pueblos. La ofensa constante a los campesinos, el reclutamiento forzado; parece indicar que estamos más frente a un grupo de bárbaros que a una guerrilla que lucha por el poder; pero lo grave de ese accionar desaforado, es que fortalece proyectos de gobierno autoritarios como el de Álvaro Uribe Vélez. El principal elector de Uribe fueron las FARC.
Cuando en los diálogos de paz con el gobierno de Andrés Pastrana, la guerrilla de las FARC-EP, fortaleció su aparato militar, hizo caso omiso a los postulados políticos de hacer llegar sus planteamientos a la población. Tanto las FARC-EP, como el gobierno de Pastrana sabían que esas conversaciones no conllevarían a la paz, la guerrilla entró a los diálogos para consolidar su aparato armado y el gobierno de hacerle perder vigencia y desdibujar a esta guerrilla en el contexto internacional, cosa que finalmente logro; pero al demostrar que los diálogos no era la vía, se estaba abriendo el camino para que un personaje como Álvaro Uribe Vélez, se presentara como la única alternativa para enfrentar el peligro guerrillero, no hay que pasar desapercibido la alta votación que obtuvo, y es que su propuesta de pulso firme ante los desafueros de la guerrilla en gran medida recogió el clamor de paz de muchos colombianos y a pesar de la escasa inclusión social del programa de gobierno y del desmejoramiento de las condiciones de vida, se entró a un segundo gobierno Uribista, incrementado su votación, gracias a la campaña reeleccionista de las FARC-EP, que le siguen dando motivos al Uribismo para presentarse ante el pueblo como la alternativa a apoyar.
Ahora, con la muerte de los once diputados, y las marchas rechazando el secuestro y solicitando la entrega de los cadáveres, son en el fondo sino un respaldo a la política Uribista. Gracias a las FARC, Uribe se sigue fortaleciendo, ya no solamente a nivel nacional sino internacional. El peligro de verse envuelto en los procesos de la parapolítica la muerte de los diputados, le vino como anillo al dedo, ya no se ha vuelto a hablar de éstos vínculos, es más, no nos extrañemos que los paramilitares tomen este hecho para presentarse como defensores del Estado y que gracias a su accionar lograron mitigar y aislar de bastas zonas del territorio a la guerrilla y como consecuencia de su supuesta desmovilización la guerrilla ha vuelto a tomar auge.
En verdad la guerrilla de las FARC debe hacer un replanteamiento a fondo de su papel en la política colombiana. Hasta que punto efectivamente defiende los intereses del pueblo o le sirven a un Estado, que dicen combatir, para que implemente sus políticas de desmejoramiento de las condiciones de vida.

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